lunes, 3 de septiembre de 2012

Estaciones Perdidas . . .

 .

Donde quedó la primavera, el verano, el otoño . . . ?




sábado, 26 de mayo de 2012

De Tormentas y Vendavales




 Estaba el frondoso árbol, orgulloso de sus espesas ramas . . .

Se agitaba con donaire al arrullo del viento y suavemente susurraba dulces melodías al pasar el aire entre sus hojas creando entre todas ellas armoniosos sonidos que complementaban el canto de las aves que en él habitaban.


Aves y frutos adornaban cada rama hasta la corona de éste imponente árbol.

Su grueso tronco estaba sujeto a tierra firme por poderosas raíces . . . fuertes y sólidas; nobles, firmes.

Dió buenos frutos éste magnifico árbol . . . dió buena sombra a toda creatura que se acercaba a él para protejerse del calcinante sol vespertino.

   Un día . . . pasó una cruel ventisca . . .


La batalla fue a muerte, las aves con sus nidos y retoños fueron lanzados sin piedad a kilómetros de distancia, así como los frutos . . .
solamente se escuchaban sus lamentos de dolor resquebrajando silencios.


Por su parte la ventisca ahuyando retadora, le gritaba al árbol palabras necias, escupiéndole seductoras ideas de "libertad".
En tan sólo unos instantes ya le había arrebatado todo rastro de vida, lo había sacudido por completo . . .
lo sedujo con la idea de poder salir de ahí . . . atreverse a dejarlo todo ! . . .


La ventisca levantaba las ramas del árbol tan alto, tan alto!, que lo hacía creer que podría tocar el cielo.




-¡Vamos!- le gritaba . . .
-¡ya nada puede retenerte!, no es tu obligación cargar con esas vidas de las que te he liberado!-,
-¡Puedo desgajarte de raíz en tan sólo un soplido, sólo dilo !!! 
. . . yo haré el resto !-
-¡Conocerás nuevas sensasiones, saborearás las deliciosas mieles de la libertad!-

La inmensidad de la noble creatura vegetal y la tremenda sacudida a la que había sido sometido no lo dejaba pensar con sensatez y en un momento de locura y excitación . . . aceptó !

-¡Sí!, sácame de aquí!- Contestó -Vivo cautivo en un mundo que no es el mío, la calidez de esta tierra me asfixia, estas aves me aturden con sus absurdos canticos ¡ mis ideales son más altos ! ¡¡¡ quiero volar, ser libre !!!


La ventisca cumplió, y en menos de un suspiro ya estaba el árbol volando a gran altura sobre la tierra que una vez le nutrió, le cobijó, le resguardó . . .

   
    De reojo alcanzó a vislumbrar a las creaturas que antes le acompañaban, con quienes había creado música, silencios, algarabía y paz, en esos amaneceres y puestas de sol que juntos contemplaron tantas veces.
 
Pero la emoción de ese "primer vuelo" pronto le hizo olvidarse de todo:
 aves, frutos . . .

Incluso de aquella extraña flor que brotó en una de sus ramas una vez, proveniente de una sutil enredadera que ilusamente intentaba llegar hasta lo más alto de su corona . . . y a la que, secretamente,  amaba y odiaba a la vez por haber tenido el atrevimiento de navegar entre sus mas hermosos e inalcanzables sueños así como entre sus más escalofriantes pesadillas . . .






Al pasar de los días y de la ilusión . . . 
el árbol fue notando que le faltaba fuerza . . . que le faltaba vida . . . que le faltaba razón de ser.

Se dió cuenta que no podría seguir en las nubes por mas tiempo, se dió cuenta de que aquella ventisca no solo le había arrebatado lo único que lo mantenía con esperanza y vida sino también la cordura y la sensatez.

Poco a poco se fueron secando cada una de sus ramas, poco a poco se fue secando su ilusión y respeto hacia sí mismo.

Había faltado a los mas altos ideales que una vez abrigó . . . ya no daría mas frutos, ya no albergaría vida entre sus ramas.

Sus raíces sedientas de conciencia y savia . . . se secaron también . . . y entonces . . . sólo entonces
el árbol se dió cuenta . . . que su verdad y fuerza estaban en la raiz y no en el libre ramaje que lo acercaba al cielo y lo agitaba en el aire . . .

pero . . . 

                ya era demasiado tarde . . .


                                                                    o no ?




Fin


Por:
 Frida Contreras Vega
En relación a un post de una amiga en Facebook:
"En que momento descubre el arbol que su verdad y fuerza estan en la raiz y no en el libre ramaje que lo acerca al cielo y lo agita en el aire...?"
. . . y a vivencias personales que atraen a esa musa sedienta . . .

                                    de lágrimas